En el Autoshow de Frankfurt de 1983, Audi develó al mundo un vehículo deportivo que hizo historia.
Se trató del Sport Quattro, un modelo que tres años después de la presentación de esta tecnología de tracción permanente, se erigió como uno de los mejores superdeportivos de su época gracias a una serie de innovaciones técnicas y sus 306 caballos de fuerza.
Tres décadas después, la automotriz de Ingolstadt lleva a la misma exhibición el Sport Quattro Concept, un modelo que respeta la gran tradición de los modelos Quattro: gran diseño, tecnología de punta y una potencia sorprendente.
En cuanto al diseño, encontramos en él una estética con reminiscencias del original de hace treinta años, con elementos tales como los faros y las salidas de aire del capó. Mientras tanto presenta novedades como el utilizamiento de fibra de carbono en numerosos elementos de la carrocería.
En el interior se aprecia, tal como la marca acostumbra, una disposición minimalista con capacidad para cuatro ocupantes.
Con esta creación, la automotriz alemana logra fusionar en un prototipo su grandeza pasada, su éxito presente y su prometedor futuro.
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