En los últimos años, fuimos testigos de la evolución tecnológica que renovó por completo el ámbito de las comunicaciones y su ascenso en mejorar la calidad de los transportes; elementos básicos para la vida cotidiana como estos dos (las comunicaciones y el transporte) son los que manifestaron una mejor imagen y alta expectativa por el mejoramiento en sus funciones.
Más allá de la utilización de la tecnología y de su proyección para el futuro con una mayor calidad, y la facilidad que nos ofrece en nuestra vida cotidiana, ahora sumamos la tecnología su predisposición para, no solamente mejorar las herramientas básicas del ser humano, sino engrandecer ese espíritu de perfeccionamiento para enaltecer su felicidad y hasta su egoísmo. Es decir, más allá de mejorar todo lo que nos facilita la vida, ahora el uso tecnológico se apresta a “darnos el gusto”
Más allá de la utilización de la tecnología y de su proyección para el futuro con una mayor calidad, y la facilidad que nos ofrece en nuestra vida cotidiana, ahora sumamos la tecnología su predisposición para, no solamente mejorar las herramientas básicas del ser humano, sino engrandecer ese espíritu de perfeccionamiento para enaltecer su felicidad y hasta su egoísmo. Es decir, más allá de mejorar todo lo que nos facilita la vida, ahora el uso tecnológico se apresta a “darnos el gusto”
Las empresas que fabrican automóviles no están ajenas a este uso que se la hace a la tecnología, pues, grandes marcas como Ford, Mercedes Benz, Porsche, y Lamborghini han incorporado a sus vehículos los más altos y lujosos estándares tecnológicos para ofrecerles a sus clientes.
“Para entrar o salir del Lamborghini Egoísta, hay que quitar el volante y abrir la cabina, cuya tapa se levanta como en un avión mediante un mecanismo eléctrico”.
Han creado un prototipo de vehículo llamado Lamborghini egoísta, una máquina capaz de demostrar el exceso en cuanto a límite y belleza se refiere, su nombre se debe a la capacidad que tendría su conductor y referencia al poder que tiene como único pasajero. Según Lamborghini: “este coche es como la tierra de nunca jamás, esa que nadie puede poseer, y que se quedará como un sueño para todos, para siempre".
El Lamborghini Egoísta presenta una carrocería agresiva, monoplaza, que pudiera transmitir al conductor todas las sensaciones de la conducción. La cabina, de fibra de carbono y aluminio, se puede extraer de la carrocería. Una vez instalada forma una única y aerodinámica pieza con la carrocería.
“Para entrar o salir del Lamborghini Egoísta, hay que quitar el volante y abrir la cabina, cuya tapa se levanta como en un avión mediante un mecanismo eléctrico”
El Lamborghini Egoísta presenta una carrocería agresiva, monoplaza, que pudiera transmitir al conductor todas las sensaciones de la conducción. La cabina, de fibra de carbono y aluminio, se puede extraer de la carrocería. Una vez instalada forma una única y aerodinámica pieza con la carrocería.
El morro del Lamborghini Egoísta ha sido diseñado para generar carga aerodinámica. Los faros que se aprecian en las puntas de los salientes laterales son unas luces de posición de LED que permiten ver al coche desde prácticametne cualquier ángulo. Son dos blancas delante y dos rojas atrás, con una luz parpadeante roja en la zona superior trasera, una luz roja en el lado izquierdo del techo, una verde en el lado derecho y dos luces naranjas laterales a modo de intermitentes.
Los faros reales están ocultos en las tomas de aire delanteras, entre los salientes del frontal. Son de xenón. En la carrocería hay zonas delimitadas en las que no se puede caminar, como las que se ven en las alas de los aviones de pasajeros. ¿Quién va a caminar sobre un prototipo único? Además hay otros detalles, como la inscripción bajo la boca del depósito con “Jet fuel only” (solo combustible de reactor) y la zona para entrar y salir marcada con un “Step here” (pise aquí).
Los faros reales están ocultos en las tomas de aire delanteras, entre los salientes del frontal. Son de xenón. En la carrocería hay zonas delimitadas en las que no se puede caminar, como las que se ven en las alas de los aviones de pasajeros. ¿Quién va a caminar sobre un prototipo único? Además hay otros detalles, como la inscripción bajo la boca del depósito con “Jet fuel only” (solo combustible de reactor) y la zona para entrar y salir marcada con un “Step here” (pise aquí).
Los paneles de la carrocería están fabricados en material antiradar, las llantas también, aunque llevan embellecedores de fibra de carbono para mejorar la aerodinámica. Para rematar, los cristales naranjas son antideslumbramiento. Clara inspiración aeronáutica en todos sus aspectos.
El Lamborghini Egoísta lleva un motor V10 de 5.2 litros que entrega una potencia de 600 CV y por supuesto el motor va situado tras el conductor. Todo un misil sobre ruedas.
El vehículo fue presentado como parte de las celebraciones del 50 aniversario de la marca, siendo un modelo tan exclusivo que ni siquiera tiene precio, pues sólo se ha fabricado un ejemplar de muestra y no se tienen planes de hacer más.